Laguna Naranjani

Se encuentra ubicada a unos 3 Km. de Pongo B-2 y Villa El Carmen. En sus inmediaciones se puede apreciar algunos vestigios de edificaciones de asentamientos humanos, debidos a la actividad minera que se realizaban, tiempos atrás. Uno de los atractivos de la Laguna Anaranjani es el encantamiento de sus aguas, según relatan los comunarios del lugar:
 “aquellas personas que por diferentes circunstancias amanecieron cerca de la laguna circunstancialmente, aseguran haber visto naranjas flotando en la laguna y cuentan que aquellas que se acercaron y tomaron estas desaparecieron porque no se los volvía a ver”.
 Además, se puede apreciar un mural de piedra, con pinturas de símbolos extraños, que aún no fueron identificados y creen que fue producto de un encantamiento del lugar.
Un sendero estrecho, entre pajonales y vertientes de agua, conduce a la Laguna Naranjani, uno de los principales atractivos turísticos del municipio de Quime, en la provincia Inquisivi, que se perfila como un circuito de aventura en pleno contacto con la naturaleza.
Su exuberante vegetación y las imponentes montañas que rodean este lugar se convierten en  catedrales naturales que, después de la época prehispánica, se presume que fueron la ruta de trabajo de los mineros locales durante el boom del wolfrang.
“A medida que se avanza se  aprecian ruinas de piedra que posteriormente sirvieron como herramientas de trabajo de un ingenio minero, cuando el trabajo de pulido de los minerales era manual”, explica Édgar Vargas, guía que acompaña el trayecto.
El camino trazado por las cuchillas de montaña, que permite apreciar imponentes paisajes y las cascadas que caen vertiginosamente a lo largo de la travesía, son parte del encanto de este bosque lluvioso, situado a  2.300 metros sobre el nivel del mar.
La dificultad va en aumento a medida que se avanza por este trayecto, marcado por largas pendientes, resbalosos bofedales y grandes piedras situadas como escaleras naturales.
No obstante, después de dos horas de caminata, este esfuerzo recibe su recompensa al llegar a la Laguna Naranjani, un edén singular y lleno de calma, cuyas aguas sigilosas reflejan los cerros verduscos que la rodean y son fáciles de navegar. Es como si el tiempo se detuviera frente a la inmensidad del panorama.
Sin duda, y como afirma Vargas, Quime esconde tesoros naturales que son una nueva alternativa para quienes buscan experiencias extremas en rutas poco exploradas y accesibles para visitantes locales y extranjeros.roducto de un encantamiento del lugar.